Nunca fui entusiasta en lo que respecta a los animales. Este fue particularmente el caso cuando tuvimos un pez betta llamado Stewie. Nos deshicimos de Stewie cuando accidentalmente di a luz mientras estaba en casa de mis padres. (Un agradecimiento especial a mi madre, que mantuvo vivo al pez betta hasta que éste murió de vejez).
Tuvimos un hĆ”mster unos aƱos despuĆ©s de eso. Ā”Puaj! Pero a los niƱos les encantó el hĆ”mster desde el primer dĆa y lo llamaron Happy. Todos estaban felices con Happy el Hamster. Desde ese hĆ”mster, tenemos una regla familiar que siempre debemos tener una mascota llamada Happy.
La Ćŗnica que no estaba contenta con Happy era yo, Isha Yiras Hashem. Happy, siendo un hĆ”mster normal en todos los sentidos, tenĆa la costumbre de hacer madrigueras, y cuando no podĆa verlo, tenĆa miedo de que se nos hubiera escapado. Una vez llamĆ© a nuestro rabino el viernes para saber quĆ© hacer si Happy desaparecĆa y necesitĆ”bamos atraparlo en Shabat. Afortunadamente, resultó que Happy no habĆa escapado en ese momento.
Con el tiempo, mis hijos comenzaron a sentir que tener un hĆ”mster no era suficiente. QuerĆan una mascota āinteresanteā. Lo que derivó en conversaciones diarias, mĆ”s o menos en este sentido, generalmente alrededor de las 5:30 de la maƱana:
NiƱo 1: mami. Quiero hablar acerca de tener un guepardo como mascota. Hay que ser muy valiente para tener un guepardo como mascota. Y tienes que hacer lo que Ʃl quiera.
Yo, rotundamente: no quiero un guepardo de mascota.
NiƱo 2: ĀæQuĆ© tal un ocelote como mascota? Ā”Eso serĆa divertido! (Un ocelote es un tipo de gato grande).
Yo: Yo tampoco quiero un ocelote de mascota.
Niño 1: ¿Qué tal una araña come pÔjaros como mascota?
Yo, que no estoy dispuesta a comprometerme mƔs seriamente: voy a buscar tu ropa escolar.
Niño 1: Los guepardos machos sólo comen bichos e insectos. No tienes que preocuparte si tienes un guepardo macho. Las chitas hembras estÔn en peligro de extinción y son las que comen carne. Nos aseguraremos de alimentar a nuestro guepardo macho con muchos insectos.
((Yo: sin palabras. Hago una nota mental de no creer los hechos cientĆficos del NiƱo 1 o 2 sin haberlos comprobado.)
Tomó demasiado tiempo, pero finalmente Happy el Hamster murió, y pude ver lo que me esperaba. Si no abrazaba la idea de una nueva mascota, mi familia se asegurarĆa de que una encontrara su camino en nuestras vidas.
Buscando un arreglo, reflexionĆ© sobre una mascota que fuera soportable, disfrutara del aire libre, exigiera una atención mĆnima, agregara valor a nuestras vidas y se adhiriera a nuestro estilo de vida kosher. La respuesta se me ocurrió: Ā”pollos! Todos estaban encantados de tenerme a bordo como una nueva mascota. AsĆ que gallinas fue la solución.